Mirada introspectiva sobre la soledad del manager

Claves para mejorar un “mal ambiente” en el trabajo

No importa de dónde viene la causa, el origen, si es fortuito o provocado. Como responsable del equipo, está en tu responsabilidad construir una atmósfera laboral lo más positiva, productiva y motivante posible.

 

La mala noticia es que muchas veces ni tú, ni nadie de tus colaboradores tiene el control sobre lo que provoca tal situación, y mejorar el ambiente depende directamente de la capacidad de controlar algunos aspectos de comunicación.

Si la tenemos, estamos en el mejor escenario posible dentro del infierno que significa trabajar en un ambiente negativo. Porque significa que puedes ejercer alguna influencia sobre los mensajes que circulan, los canales a través de los cuales corren, no ya como la pólvora, sino como los neutrinos, y puedes ejercer influencia sobre las fuentes de emisión. Así podrás corregir mensajes erróneos (intencionadamente o no), rumorología, fuentes de información mal informadas o mal informantes (intencionadamente o no), y usar los canales de comunicación para clarificar ideas y hacer prevalecer la “versión correcta” de cualquier hecho.

 

¿Cómo actuar?

 

Utiliza un proceso sistematizado de solución de problemas con los colaboradores afectados para mejorar los motivos de negatividad. Hazlo tan pronto como detectes la situación, y llega a la identificación de las últimas causas que expliquen la negatividad, para que sea más fácil actuar sobre ellas.

 

Un mal ambiente a menudo se genera cuando los equipos quedan impactados por acontecimientos y decisiones que escapan a su control: por ejemplo, reducciones de plantilla, reestructuraciones, sobrecargas por falta de personal, reducciones de presupuestos en actividades habituales, etc. En estas circunstancias, prueba alguna de estas ideas:

Identifica los impactos posibles que se pueden producir a la hora de tomar o no una decisión y usa tu influencia en el decisor. A veces se asumen esos efectos, pero otras ni siquiera se ha pensado en ellos.

Escucha, escucha, escucha. En más ocasiones de las que creemos los colaboradores necesitan simplemente expresar lo que piensan y sienten. Sé visible y accesible para tu equipo. Incluso sé proactivo y provoca reuniones, almuerzos de trabajo, entrevistas…

Desarma los pensamientos y creencias negativas sobre las personas, la empresa, el departamento, etc. Si una declaración corporartiva es verdadera, cierta, debe proporcionar racionalidad y sentido común.

Comparte lo que sepas de la situación con tus colaboradores para generar en ellos confianza.

Haz preguntas abiertas para determinar el origen y el alcance de los sentimientos negativos. Puede que descubras que todo se debe a un simple malentendido, a un dato mal interpretado, … Ayudar a tus colaboradores a identificar exactamente qué es lo que está produciendo el mal ambiente es el primer paso para solucionar el problema.

En otro orden de cosas, a veces tener una visión negativa del panorama puede ser apropiada.

 

Si el ambiente negativo proviene de una persona concreta, y está identificada:

 

Infórmale de que su negatividad se contagia y causa impacto en el resto del equipo. Utiliza ejemplos concretos para ilustrarlo.

Evita actitudes defensivas. No te tomes su posible reacción como algo personal.

Pon énfasis en buscar soluciones, no en culpabilizar o buscar más problemas.

Refuerza los rasgos positivos y las contribuciones al trabajo de tu colaborador. Ayúdale a mejorar su autoestima y su capacidad de aportar ideas al equipo.

Refuérzale y reconócele cada vez que le escuches una afirmación “positiva” o haga una contribución constructiva.

 

Si nada de lo anterior funciona, y empieza a notarse el efecto del ambiente, no sólo sobre la armonía y la moral del grupo, sino también en la productividad y los resultados, actúa con la negatividad como lo harías con cualquier otro factor que tienes en cuenta a la hora de evaluar el desempeño y tomar decisiones sobre tus colaboradores.

 

Reconoce tu parte de responsabilidad en el círculo vicioso de la negatividad. Alguna vez has tenido que tomar decisiones con las que no estabas de acuerdo al cien por cien, y es muy probable que tu comunicación no verbal te delatara.

Haz un ejercicio de autoconocimiento, para descubrirte internamente los momentos o situaciones que te hacen actuar negativamente. A lo mejor puedes prevenir esos momentos.

Practica el “tiempo muerto” en los momentos de máximo estrés. El tiempo muerto puede variar, desde hacer un viaje alrededor del mundo durante un año a levantarse de la silla, respirar hondo, contar hasta 10 (una o varias veces) y volver al tajo.

Deberías dedicar un poco de tiempo durante el día (no sólo laboral) a pensar en aspectos positivos de tu trabajo y de tu vida. Si no encuentras nada en lo que pensar, “háztelo mirar”.

Trátate con cariño. No te castigues más de lo necesario por errores o decisiones fallidas. Ser humano es lo que tiene. Piensa en términos de VISIÓN, que no te despisten los detalles del día a día.

De lo único que eres realmente responsable de cómo eliges reaccionar ante cada situación.

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